Sandbox se creó en 2011 y se convirtió en un éxito en lo que respecta a juegos para móviles. Por este motivo, en 2018 el desarrollador Pixowl lo amplió para convertirlo en un juego basado en la blockchain. Dos años después, el token nativo SAND tuvo su oferta inicial de monedas. La transición a la tecnología blockchain estuvo motivada por el espíritu de querer proporcionar a los creadores la verdadera propiedad de sus creaciones a través de los NFT, al tiempo que se creaba una divisa para el juego con la que los usuarios pudieran jugar para ganar y fomentar una economía autosuficiente.