Un oscilador se utiliza para medir la fuerza con la que se desarrolla el precio, es decir, si este sube y el indicador también habrá continuidad pero el aspecto más interesante es detectar los fallos, es decir, cuando se produce una falta de armonía entre ambos.
La importancia radica en detectar la desaceleración en la fuerza que imprime el precio con el objetivo de anticipar un posible cambio de tendencia, es decir, si el precio crece y genera un nuevo máximo pero el indicador no acompaña, estamos ante un fallo.
Esto no implica que automáticamente el precio girara pero sí es una primera advertencia a tener en cuenta. Al margen del sistema de trading utilizado, todos queremos detectar cual es el punto de ingreso óptimo y determinar cuanto recorrido tenemos por delante.
Por ende, a continuación detallo un gráfico de Amazon donde se relaciona un impulso alcista con los niveles habituales que alcanza el RSI, lógicamente esto aplica para un impulso bajista invirtiendo los valores de referencia.
Lo más complejo para los Elliottistas suele ser la determinación del grado, por eso a veces se toma una posición de forma prematura y otras de manera tardía. Aquí el RSI ofrece una alternativa interesante para delimitar la estructura de grados.
Si se fijan en el gráfico, cuando nace el impulso, el RSI venía de alcanzar un nivel de sobreventa, el cual se recupera nuevamente con la corrección de grado mayor, es decir, con la estructura que viene a corregir el impulso en su totalidad.
Durante el desarrollo del impulso no es habitual ver que el RSI alcance niveles inferiores a 30, salvo un engaño como vimos en este caso (la recuperación fue inmediata) o divergencias ocultas que implican continuación de tendencia (lo dejamos para otro hilo).
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