¿La depresión terminó?Los ciclos económicos han estado presentes a lo largo de la historia. En las fases de expansión, la economía crece y la tasa de desempleo disminuye, mientras que las tasas de inflación y de interés tienden a subir. Sucede lo contrario cuando se entra en una recesión, es decir, la economía se contrae y la tasa de desempleo aumenta, mientras que la tasa de inflación y las tasas de interés tienden a disminuir. Esto es así porque los movimientos en la tasa de interés afectan a la economía en su conjunto. En periodos de expansión su alza sirve para frenar la demanda agregada a través del consumo y la inversión, con la finalidad de atenuar las presiones inflacionarias. Por su parte, en periodos de recesión, su reducción sirve para estimular la demanda agregada a través de los mismos mecanismos (consumo e inversión).
Cuando la economía está llegando a la fase final de un periodo de expansión, la tasa de interés llega a un máximo, como sucedió en el 2000, 2007 y 2019, a partir de ese momento es cuando comienza una desaceleración en la economía, con el consiguiente aumento en la tasa de desempleo, como se puede observar en los vórtices o brechas señaladas.
Desde principios de los 80, la tasa de interés ha venido disminuyendo de manera persistente, desde los casi 20 puntos porcentuales hasta niveles cercanos a 0, esto trae como consecuencia una disminución en el rendimiento de los bonos del tesoro o en otros instrumentos de deuda y un mayor apetito por el riesgo.
Por otro lado, la tasa de desempleo ha seguido fluctuando entre el 10 y el 3.5 por ciento, promediando un 5 o 6%.
A diferencia de otros periodos en donde era posible disminuir la tasa de interés para estimular la economía cuando la tasa de desempleo comenzaba a repuntar, en esta ocasión el margen de maniobra es limitado, pues la tasa ya venía de una racha de mínimos históricos y ahora se encuentra rozando el 0%. Asimismo, el repunte repentino en la tasa de desempleo no había sido visto durante el periodo comprendido (1949-2020), llegando en abril a un nivel de 14%, si bien ahora ha disminuido hasta un 8.4%.
En situaciones extraordinarias cualquier cosa podría suceder, algunos piensan en tasas de interés negativas para castigar el ahorro e incentivar el consumo, con el consiguiente efecto negativo en el crecimiento potencial de la economía en el largo plazo (sin ahorro no hay inversión). Otros creen que es necesario aceptar una tasa de inflación más elevada en lugar de incrementar la tasa de interés, ya que esta política podría agravar la situación en el corto plazo, además de que sus efectos para contrarrestar el aumento en el nivel de precios provocada por las perturbaciones de oferta (escasez, destrucción de las cadenas de valor, distorsión en los canales de distribución, pérdida de cosechas) resultan limitadas. Por su parte, si se toma como referencia los periodos anteriores, la tasa de interés tendría que mantenerse en niveles bajos para ayudar con el proceso de recuperación sin distorsionar demasiado el sistema financiero (como sería el caso con tasas negativas), tal como ocurrió entre el 2008 y el 2016, cuando la tasa se mantuvo en mínimos históricos por 8 años. En cualquier escenario, la tasa de desempleo permanecerá relativamente elevada por un buen tiempo, difícilmente se regresará a una tasa cercana al 3% en los próximos años, por lo que el sector real de la economía seguirá debilitado. Por consiguiente, la depresión aún no ha terminado, si bien lo peor ya pasó.
Las consecuencias de esta situación son que el apetito por el riesgo y el rendimiento impulsarán otros sectores de tipo especulativo. Si el rendimiento de los bonos o instrumentos de renta fija permanece bajo y las principales actividades económicas continúan debilitadas o afectadas por las medidas impuestas (afectando la demanda), el flujo de dinero tenderá a dirigirse a aquellos instrumentos que ofrezcan ese rendimiento que ni la economía real ni los instrumentos de renta fija ofrecen, como pueden ser las criptomonedas, las opciones, apuestas, acciones, materias primas, metales, etc. Si el incremento en la oferta monetaria impulsada por las medidas de flexibilización cuantitativa de la FED y los estímulos fiscales se destinan a estos mercados, probablemente se continúe con esta racha alcista en el mercado de capitales, provocando una inflación en el mercado de valores y desviando recursos para la producción de otros bienes y servicios, creando burbujas bursátiles con mayor intensidad y frecuencia. El nivel de distorsión que se podría generar en el nivel de precios de los artículos básicos por este desvío de recursos, así como en la valuación de activos podría tener repercusiones difíciles de cuantificar en la estabilidad económica de largo plazo. ¿Hasta cuánto durará este fenómeno? Es difícil de saber, pero si algo nos ha enseñado la historia, es que toda depresión llega a su fin en algún momento y que la economía tarde o temprano logra recuperarse.
Respecto a los indicadores técnicos, con la ayuda de una media triple exponencial (TRIX) aproximo el comportamiento de la fase del ciclo económico de manera inversa, ya que este indicador sigue el comportamiento de la tasa de desempleo y, como mencioné, en periodos de expansión el desempleo sube y en periodos de recesión sucede lo contrario. Actualmente se encuentra con pendiente positiva, indicando que aún nos encontramos en una etapa recesiva.
Por su parte, la zona de corte sirve como semáforo para indicar la fase del ciclo en el que nos encontramos, siendo los periodos en azul aquellos en donde la tasa de desempleo repunta, indicando una contracción económica; y los periodos en rojo, periodos en donde la tasa de desempleo cae, reflejando una expansión económica. Desde marzo el semáforo se prendió en azul y tomando en cuenta los años anteriores, esta fase se mantiene por varios años hasta entrar en una recuperación.
Periodo de referencia: 1949-2020
Línea azul: tasa de desempleo civil en Estados Unidos ( FRED:UNRATE )
Línea verde: tasa efectiva de los fondos federales como proxy de la tasa de interés en Estados Unidos ( FRED:FEDFUNDS )