Las dos divisas australianas están representadas en el par dólar australiano frente al dólar neozelandés. Los elevados tipos de renovación y una localización geográfica similar provocan que con frecuencia se negocien de igual forma respecto a otras divisas. Por este motivo, el par no se ve extremadamente afectado por factores o tendencias globales, sino que reacciona más a los cambios en función de las economías locales.