Clasificación de los ETF: Categorías, objetivos y nichos

La clasificación de los ETF (Exchange-Traded Funds) es una forma de organizar estos fondos en función de diversas características. Normalmente, la clasificación se produce en varios niveles: clase de activos, categoría, objetivos y nicho. Veamos cada uno de ellos con más detalle:

Clase de activos: Este es el nivel más general que determina el tipo de inversiones con las que opera el fondo. Ejemplos de clases de activos son la renta variable (acciones), la renta fija, los bienes inmuebles y las materias primas.

Categoría: En este nivel, los fondos se dividen en subgrupos dentro de su clase de activos. Por ejemplo, dentro de la clase de activos "renta variable", las categorías podrían incluir sectores (tecnología, sanidad, etc.), tamaño de la empresa (grande, mediana, pequeña) y estilo (crecimiento, valor).

Objetivo: En este nivel se consideran características más especializadas. Si, por ejemplo, un ETF invierte en valores tecnológicos, podría centrarse en subsectores específicos como la inteligencia artificial o la ciberseguridad.

Nicho: Este es el nivel más específico de clasificación. Los fondos de esta categoría suelen centrarse en segmentos de mercado muy estrechos y especializados. Por ejemplo, un ETF puede invertir solo en empresas dedicadas al desarrollo de vehículos eléctricos.