Historial de dividendos
Una política de dividendos es un conjunto de directrices que sigue una empresa para decidir qué parte de sus beneficios pagará a los accionistas. Hay cuatro tipos principales de política de dividendos: constante, progresiva, de pago objetivo y residual.
Una política de dividendos constante significa que la empresa paga una cantidad fija de dividendo por acción cada año, independientemente de sus beneficios o de las condiciones del mercado. Esta política transmite estabilidad y confianza a los inversores, pero también puede limitar la capacidad de la empresa para invertir en oportunidades de crecimiento o hacer frente a dificultades financieras.
Una política de dividendos progresiva significa que la empresa aumenta sus dividendos por acción cada año a un ritmo constante, normalmente en línea con la inflación o el crecimiento de los beneficios. Esta política también indica estabilidad y confianza a los inversores, pero permite a la empresa retener algunos beneficios para reinvertirlos o reducir la deuda.
Una política de dividendos con objetivo de pago significa que la empresa paga un determinado porcentaje de sus beneficios como dividendos cada año, ajustando el importe del dividendo por acción en función de su rentabilidad. Esta política alinea los intereses de accionistas y directivos, ya que ambos se benefician de mayores beneficios y dividendos. Sin embargo, esta política también puede dar lugar a dividendos volátiles que dependen del ciclo económico y de las condiciones del mercado.
Una política de dividendos residuales significa que la empresa paga dividendos solo después de cubrir sus necesidades de presupuesto de capital y financiación. Esta política implica que los dividendos son un pago residual o sobrante a los accionistas, después de invertir en todos los proyectos de valor actual neto positivo y mantener una estructura de capital óptima. Esta política maximiza el valor de la empresa, pero también puede decepcionar a los inversores que prefieren dividendos estables y predecibles.
Otro término con el que los inversores en dividendos deben estar familiarizados es la fecha ex-dividendo. Se trata de la fecha antes de la cual un inversor debe comprar una acción para recibir un dividendo concreto. Por ejemplo, si una empresa declara un dividendo el 1 de marzo con una fecha ex-dividendo del 15 de marzo y una fecha de pago del 31 de marzo, un inversor debe comprar la acción antes del 15 de marzo para recibir el dividendo el 31 de marzo. Si un inversor compra la acción el 15 de marzo o después, no recibirá el dividendo hasta la siguiente fecha de pago.
En resumen, los dividendos son un aspecto importante de la inversión en valor que puede proporcionar ingresos y estabilidad a los accionistas. Comprendiendo algunos conceptos clave como la rentabilidad por dividendo, la ratio de pago y la fecha ex-dividendo, los inversores pueden evaluar mejor la política de dividendos de una empresa, así como su salud financiera y sus resultados.