Joe Biden: ¿Un presidente de Wall Street?La semana pre y post-electoral ha sido dura para el Mercado, y también para nosotros :-). Nuestro Informe Semanal sobre los Mercados Bursátiles regresará la semana que viene.
Estamos al final, o al menos eso parece, de las elecciones americanas más convulsas jamás recordadas. En principio, Joe Biden será el próximo Presidente de los Estados Unidos. Al menos, según los principales medios como FOX, Bloomberg, CNN o CBS.
La clave para los demócratas está en que Donald Trump no consiga ganar en el Tribunal Supremo lo que, según afirma el actual inquilino de la Casa Blanca, los demócratas le han robado en las urnas.
No podemos afirmar con rotundidad que esto sea una estupidez o que Donald Trump lleve la razón. Por el momento, lo único que se ha podido ver son ciertas actitudes de los responsables del recuento electoral que, cuanto menos, hacen levantar las sospechas de un posible fraude. La realidad es que en estados como Pensilvania o Georgia se volverán a contar las papeletas.
Sea como sea, el próximo Presidente de los Estados Unidos, en términos oficiales, se deberá conocer el 20 de enero del 2021, fecha en la cual según la Constitución está asignada para el estreno presidencial. Hasta ese entonces, la batalla electoral dará paso a la batalla judicial, para la cual el Partido Republicano ya ha destinado más de 60 millones de dólares.
A pesar de la incertidumbre, según confirma FOX y Bloomberg, el servicio secreto ya da por hecho que Joe Biden será el próximo Presidente: el espacio aéreo sobre su casa está ya protegido y la seguridad de Joe Biden y su familia se ha duplicado. Las probabilidades, a día de hoy, de que Joe Biden no consiga acceder al Despacho Oval no van más allá del 20%.
Joe Biden: Presidente pro-establishment
Como comentaba, si no se producen novedades, Donald Trump abandonará la Casa Blanca para dejar paso a Joe Biden, un político con más de 32 años de experiencia en Washington y 8 años de vicepresidente con Barack Obama.
Uno de los handicaps de Biden es su edad. Llegará a la Casa Blanca con 77 años y, en caso de pretender revalidar su mandato, lo haría con 81 años. Este importante hecho hace que las personas que rodearán al Presidente sean todavía más importantes de lo que serían en circunstancias normales.
Es una realidad que Joe Biden no estará en las mismas condiciones para gobernar que un Presidente con menos edad. Las limitaciones físicas hacen que la Administración deba ser muy competente para llevar a buen puerto los primeros cuatro años de presidencia demócrata.
Joe Biden, a diferencia de Donald Trump, es un personaje altamente predecible, al menos eso es lo que comentan quienes bien lo conocieron en su etapa como vicepresidente. No es un político anti-establishment como lo ha sido su -de momento- antecesor.
Podemos decir que Joe Biden y Donald Trump son radicalmente diferentes en -casi- todos los aspectos políticos y económicos. Sin embargo, guardan ciertas similitudes en varias políticas inmigratorias y de inversión pública.
Fue un senador de prestigio, de la vieja guardia de Washington. Podemos entender su papel en la política como una persona muy moderada, tal vez incluso algo conservadora para el gusto de la parte más liberal del Partido Demócrata. Con todo ello, su experiencia es un arma de doble filo. Como comentaba, será el presidente con mayor edad en el cargo. Todo ello pone el foco en la vicepresidencia.
Kamala Harris: ¿Futura inquilina de la Casa Blanca?
Kamala Harris será la vicepresidenta. Su papel será importante en la nueva Administración. Según cuentan los analistas más imparciales, se trata de una mujer moderada. Quizás es por ello por lo que gusta tanto a Wall Street y tan poco a Donald J Trump.
Quien sabe si las aspiraciones del Partido Demócrata es, a medio plazo, colocar en el Despacho Oval a la primera presidenta de los Estados Unidos. Es altamente probable que en las elecciones del 2024 sea Kamala Harris la que se presente como candidata a la Casa Blanca.
Joe Biden y Kamala Harris no lo van a tener fácil. No heredan lo que se puede llamar una economía a velocidad de crucero. Se va a encontrar un país que en el 2020 va a caer un 4% en su PIB. Un índice de desempleo del 9,4%. Un déficit fiscal del 16% y que va a generar que antes de que se aplique ninguna medida adicional de déficit, este se eleve al 5% de manera perpetua, provocando que para el 2025 la deuda pública llegue al 200%. Existen más datos preocupantes, pero la lista sería interminable.
Joe Biden: Problemas y ventajas
Todos estos problemas económicos se deberán resolver a la vez que USA está siendo un país sumido en una crisis social sin precedentes recientes, con la izquierda radical tomando las calles, movimientos radicales de ultraizquierda como son Antifa o Black Lives Matter atemorizando las ciudades casi cada semana y, por si fuera poco, con una inmigración ilegal que no para de llegar.
Aquí no acaban los problemas: Joe Biden tiene el enemigo en casa. El ala más radical, hasta hace años inexistente, del Partido Demócrata poco a poco va ganando fuerza entre las filas demócratas. La palabra ‘’socialismo’’ empieza a sonar cada vez con más fuerza entre las bases del Partido.
Por otra parte, Joe Biden ni es un economista ni su carrera política se ha caracterizado por tratar mayoritariamente sobre temas económicos. A pesar de este claro hándicap, USA tendrá un presidente que entienda sobre el sistema judicial y sobre todo sobre todo de política exterior. Sobre esto último, fue el motivo por el cual ya dijo el presidente Obama que le había elegido compañero de Presidencia.
Sabemos que la prioridad de Biden serán, al igual que Donald Trump, los estímulos económicos. Pretende gastarse hasta un 3% adicional del PIB en gasto público. Es posible que esa cifra sea imposible de consensuar y se quede entre el 1 y 2% del PIB. Puede rondar los 3 Billones de dólares.
New Green Deal, inmigración y sanidad
Parte de estas inversiones irán destinadas a lo acordado en el New Green Deal. El objetivo inicial es invertir cerca del 33% de ese incremento presupuestario en mejorar la red eléctrica, la cobertura 5G, aumentar los puntos de carga eléctrica para coches y, en general, en infraestructuras verdes. Joe Biden pretende reducir la huella de carbono a un nivel ‘’neutro’’ en 2030.
Pretende abrir algo más las fronteras a la inmigración, aunque solo a la cualificada. Esto es un problema para el conservadurismo americano ya que ven como estados como Texas cada vez hay menos americanos blancos y cada vez más sudamericanos. A la hora de votar, este incremento de sudamericanos es palpable en cuanto al incremento de votos hacia el Partido Demócrata. Quizás ese sea el motivo por el cual los demócratas son de la idea de abrir las fronteras y los republicanos de cerrarlas.
En cuanto al tema sanitario, a diferencia de lo que pueda parecer según los medios de comunicación, Joe Biden no se muestra abiertamente partidario de un sistema de salud pública. Precisamente no fue de los que más apoyó el ObamaCare y, como consecuencia, no podemos esperar que el gasto en sanidad se incremente.
El rumbo de Joe Biden: ¿Se acabará el proteccionismo de Trump?
Tampoco en este caso encontramos diferencias con Donald Trump. El proteccionismo será un sistema ampliamente utilizado por la nueva Administración de Joe Biden.
Es cierto que el proteccionismo de Biden será algo menos duro que el de Trump. Se impondrán medidas ampliamente demandadas como que el acero a utilizar en las obras publicas deba ser americano o que los barcos que transporten mercancías entre puertos americanos también sean americanos.
Sin embargo, y esto es muy importante para Europa, si que se pretende enterrar el hacha de guerra con el viejo continente. Joe Biden entiende que Europa es un importante aliado contra los retos comerciales que propone China. Es altamente probable que la amenaza de una guerra comercial con Europa a través de la imposición de aranceles quede en nada.
Según encuestas gubernamentales, el rechazo de los ciudadanos estadounidenses hacia productos chinos es del 73%. Por lo cual, Joe Biden mantendrá gran parte de las sanciones que impuso Donald Trump a empresas chinas como Huawei.
¿Va a subir Joe Biden los impuestos?
Si, va a haber subidas de impuestos, aunque de manera muy controlada, aproximadamente al 1% de la población. Estados Unidos es un país que no es muy amigo de los impuestos y, por ello, subirlos de manera exagerada como se ha hecho en Europa sería una medida que podría acarrear incluso medidas legales contra la Administración.
Aunque es cierto que la subida de impuestos ira destinada a una muy reducida parte de la población, el aspecto negativo es que no habrá el necesario programa de reducción fiscal que propuso Donald Trump y que tanto gustó a Wall Street.
La situación económica no permite atacar el problema desde ese punto, aunque sí ha anunciado un incremento a los impuestos empresariales que se ha cifrado en una reducción de aproximadamente el 12% de los beneficios, cifra sin duda importante, pero que parece ser que los mercados financieros ya han descontado.
Las Big Tech, grandes beneficiadas de la nueva Administración
Si un sector va a salir muy reforzado con la entrada de Joe Biden al Despacho Oval son las Big Tech. Kamala Harris ha mostrado en varias ocasiones un trato amigable con las tecnológicas de California (lugar del que es senadora). Es muy probable que las leyes antimonopolio propuestas durante la Administración de Trump no vayan más allá.
De hecho, en el caso de Biden parece muy poco probable que vaya en contra de las empresas del SP500. El Presidente fue senador por Delaware durante más de 30 años. Precisamente en este lugar es donde se concentran casi 2/3 de las grandes compañías que componen el SP500. Es poco probable que cambie su forma de actuar tras 77 años y 32 de ellos en Washington, ¿verdad?
La sorpresa de Wall Street
Siguiendo en clave Wall Street, lo cierto es que lo que ha pasado es sencillamente espectacular. Si la semana pasada en nuestro especial de las Elecciones hacíamos referencia a que finalmente el Mercado no llegaría en plenitud alcista, el lunes y el mismo día de las elecciones los alcistas tomaban por completo el devenir de las Bolsas americanas, y como consecuencia todas las restantes en Europa.
Ni tan solo la volatilidad acompañó a lo que todo el mundo parecía hacerse una idea de que acabaría pasando. Tal vez, por todo ello, esto fue lo acontecido en el Ratio Put-Call: ‘’El mercado de opciones estaba lleno de PUTS porque la gran mayoría de los operadores creían que, con las elecciones, el mercado iba a bajar. No obstante, como esto no ha sido así, todos estos debían salir de esas PUTS y posicionarse comprando CALL’’
Como hemos podido ver, no estamos ante una nueva Administración que vaya en contra de los interese de Wall Street. De hecho, tal y como demostramos en nuestro último artículo sobre las Elecciones de USA, históricamente al Mercado le ha ido mucho mejor con los demócratas en la Casa Blanca.
Uselection
Especial Elecciones de USA: La elección del SP500Wall Street dictará sentencia, aunque antes deberán hacerlo los ciudadanos estadounidenses. Donald Trump y Joe Biden son las opciones que el pueblo americano tiene en su mano para devolver el esplendor y la prosperidad económica al país más influyente del planeta.
Por el momento, los ciudadanos siguen considerando que Donald Trump es el mejor candidato para mejorar la economía de Estados Unidos. Sin embargo, este dado no es en mismo decisivo, ya que a la hora de votar influyen un amplio abanico de matices y detalles.
Es probable que un votante considere que Trump es el mejor candidato para mejorar la economía del país, pero decida no votarle por cuestiones como la salud del presidente, como se comporta ante temas de actualidad o incluso dependiendo de su raza.
Por otra parte, está el tema del empleo. Aquí la crisis del coronavirus tiene mucho que decir. Antes de la llegada de la pandemia, Estados Unidos disfrutaba de un amplio crecimiento económico, con las cifras de desempleo bajo mínimos y un acuerdo comercial con China que acabaría siendo muy favorable para los intereses de la industria americana.
A estas alturas, la situación es muy diferente. La incertidumbre laboral sigue acechando a los ciudadanos americanos y, en el caso de Trump, ha pasado de tener la oportunidad de superar a Clinton en creación de puestos de trabajo a ser uno de los pocos presidentes de la historia de Estados Unidos que va a llegar a las elecciones con menos empleos de los que se encontró a su llegada. Es un palo muy duro.
Como comentaba, existen otros factores más allá de la economía que hacen decantar el voto de un lado u otro. Uno de ellos, y especialmente decisivo entre los inmigrantes, es la política inmigratoria.
En este ámbito es donde se encuentran los datos más curiosos. En contra de lo que pueda parecer, Obama ha expulsado a bastantes más inmigrantes ilegales que Trump.
De hecho, en su cuarto año de mandado en la Casa Blanca, la administración de Obama expulsó a más de 400.000 inmigrantes frente a los 178.000 de Donald Trump. Es una cifra altamente sorprendente si tenemos en cuenta que desde los medios de comunicación pretenden transmitir la idea de que Obama es poco menos que un ángel llegado a la política y Trump un demonio racista.
Entrando ya en materia bursátil, es sorprendente en términos estadísticos el comportamiento del SP500 durante las últimas sesiones. Está en camino de cerrar su peor semana antes de unas elecciones presidenciales.
Como siempre suele pasar, y es lógico que así sea, el mundo no recordará a Donald Trump por haber sido el presidente que más ha hecho en favor del sistema financiero, lo recordará por su gestión del coronavirus y por haber dirigido su último año de mandato en mitad de la mayor caída bursátil de la historia moderna.
No se exactamente en base a que en Europa tendemos a relacionar al Partido Demócrata con la izquierda y al Partido Republicano con la derecha. Esto es simplemente una estupidez y, quien haga referencia a esta afirmación, demuestra no tener ni idea de como funciona el mundo más allá de los viejos países socialdemócratas europeos y las Repúblicas Bolivarianas. No, en Estados Unidos la izquierda nunca ha existido.
Así pues, una vez aclarado algo que es importante, estaremos en disposición de entender el motivo por el cual los periodos demócratas han traído una revalorización mucho mayor que las administraciones republicanas. Esto, puede ser casualidad o no, allá cada uno con su idea, pero la realidad es que una victoria de Joe Biden no supone absolutamente nada malo para las Bolsas.
En el hipotético caso de haber invertido un Dólar en el SP500 en 1926, actualmente tendríamos alrededor de 10.000 dólares. Esta trayectoria ha ido de menos a más con presidentes demócratas y republicanos. De hecho, a excepción de la época de Reagan, los periodos de una mayor plusvalía son con presidentes demócratas.
En definitiva, hemos visto mercados muy alcistas con presidentes demócratas y mercados bajistas con presidentes republicanos, y a la inversa. En estos tiempos, donde las políticas monetarias parecen tener mucha más importancia que antes, las fuerzas que realmente hacen mover los mercados son de tipo económico, fiscal o de política monetaria. Es decir, quien gobierna Estados Unidos es la Reserva Federal. Ni más, ni menos.
Con todo ello sobre la mesa, según cuenta JP Morgan el SP500 podría desplazarse hacia los 3900 puntos en caso de que ganara Trump y mantenerse lateral si ganaran los demócratas. Esta situación, en mi opinión, se debe a que Donald Trump no ha sido un presidente al uso.
Es decir, cuando hablamos de Donald Trump, tenemos que sacar de la ecuación al Partido Republicano. Por todo ello, y por haber sido el presidente que más ha hecho por Wall Street, creemos que sería la mejor opción de cara a las elecciones, aunque, de no ser así, nada cambiaría.