Parece que la quiebra del banco suizo UBS el año pasado respaldado por el gobierno suizo y posteriormente absorbido por Credit Suisse, llevó al gobierno a regular de forma más restrictiva para los bancos que se consideran clave y demasiado grandes para que quiebren desestabilizando la economía suiza, en el mes de abril. De ahí que el Banco Nacional Suizo y el consejo federal gobernante actuasen en materia de requisitos de capital, liquidez, intervención temprana y planificación de recuperación y resolución. Actualmente UBS como banco combinado es más fuerte que Credit Suisse antes de la crisis, pero así y todo existen debilidades que se deben abordar de acuerdo a los comunicados del banco central. Parece que el ratio de cobertura de liquidez, está resultando en una medida clave para medir las capacidades de hacer frente a sus pagos y satisfacer las demandas de efectivo, después de que el pánico y salidas de depósitos minoristas fuesen mayores y más rápidas que el supuesto. Es decir, durante todo el año pasado el pánico ha cundido muy severamente y ha costado calmar a los ahorristas. El organismo de control antimonopolio por un lado opina que debe ejercerse un mayor escrutinio en el grupo frente a la opinión del regulador financiero suizo que opina de forma opuesta.
De otra parte, los inversores internacionales mayoritariamente, han invertido en efectivo de acciones suizas tratando de obtener precios descontados fruto del pánico bancario suizo y también con la esperanza de que un mercado como suiza, muy centrado en las exportaciones especialmente a Europa, explipsase a sus pares, en gran medida a raíz de los cambios de política del banco central que pueden alejar aún más al franco suizo de los máximos alcanzados en 2023. A pesar de que se percibe un frenazo global, y el tercer trimestre del año no va a ser fácil para los exportadores, ya que el franco no facilita el negocio por estar demasiado alto, la pauta del Banco central es de que esto podría cambiar pronto, tratando de sintonizar las políticas de la FED y el BCE. Morningstar Direct informaba que los fondos domiciliados en suiza registraron su mayor entrada neta desde 2022.
El índice suizo SMI alcanzó al europeo STOXX 600 subiendo un 2% en lo que vamos de año después de que el año pasado subió un 3,8%, muy por detrás del aumento del 12,7% del europeo. En gran medida, se podría considerar que el “Franco” tuvo parte de la culpa de esto, ya que muchas firmas suizas como decimos son exportadoras y reportan sus ganancias y pagan parte de sus costos en francos, lo que representa que el coste de conversión de divisas hace que estos beneficios se reduzcan. La firma independiente Kepler Cheuvreux, informaba que entorno al 25% del desempeño del SMI son los movimientos cambiarios, y esto se ha agudizado en 2023 con el franco tan caro frente al euro y el dólar, siendo el nivel más alto desde 2015. Por citar algunas, la farmacéutica Roche o la firma de relojes Swatch, remarcaron que la moneda estaba resultando en un lastre para sus ganancias en el último trimestre de 2023. Es previsible creer que esto se alivie gradualmente a lo largo del año.
Está claro que las empresas que informan en francos suizos se están enfrentando a un enorme obstáculo y esto les genera problemas de competitividad contra sus rivales nipones, dado que el yen fue la divisa con el peor desempeño en 2023 cayendo un 15% frente al franco. Aunque el sector farma y alimentario son relativamente anticíclicas y se representan muy bien en el índice suizo, ambos sectores como decimos se verán beneficiados por un franco débil para venderle a Europa.
Muchos estrategas han podido pensar que “el franco suizo es corto” para 2024, sumado a la desaceleración en el crecimiento global puede favorecer a sectores defensivos. No sería de extrañar que las acciones europeas superen por esta compensación de divisa para fin de 2024, dado que actualmente se encuentran infravaloradas, frente a las europeas que podrían estar sobre ponderadas.
En lo que va de año el franco ha corregido sus niveles de precio y esto podría ser un signo de bonanza para el SMI. Hay que tener en cuenta que el franco suizo se impulsa en gran medida por dos factores: las tensiones globales fuerzan a los inversores a buscar una divisa refugio segura y el BNS y sus políticas son el segundo factor. Según el BNS, el nivel actual de inflación parece ser de su agrado, por lo que esto podría facilitar la emisión de moneda. Este banco es tan intervencionista que ejemplificando, en 2022-23 se dedicó a comprar moneda para reducir la presión a los productos importados impulsando su moneda al alza. Ahora con la inflación bajo control, vuelven a poner el ojo en la apreciación del franco. Es muy posible que el BNS haya vendido francos para adelantar este debilitamiento, y esto es visible después de que este mes hayan mostrado datos con un gran salto en sus reservas de divisas extranjeras de enero.
Si observamos el gráfico en 1 hora del SMI, desde el 1 de mayo el índice se dedicó a escalar precios hasta topar un freno a final del mes, nuevamente en junio se arrancó otro empuje alcista hasta tocar máximos el 7 de junio y actualmente nos encontramos en un momento de corrección. Esto, solamente parece una parada para coger fuerza. En este momento la campana de precios se encuentra formada por una doble campana con la parte inferior en zona cercana a mínimos y la parte superior de la campana con mayor volumen actual en la zona de precios de 12.000 puntos. Es previsible que el índice busque salir del canal correctivo bajista para apoyar una nueva rampante escalada de precios, por ser ahora mismo uno de los índices clave en la Eurozona.
Ion Jauregui - Analista ActivTrades
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