Antes de tomar una decisión de inversión, al inversor pueden asaltarle toda clase de inquietudes. Una de las principales es conocer qué precio es el adecuado para comprar y hasta qué precio deberá llegar antes de vender las acciones o fondos de inversión, una vez comprados, para conseguir la mayor rentabilidad.
En la situación actual de bajos tipos de interés, una enorme cantidad de ahorradores han canalizado sus ahorros hacia fondos de inversión en renta variable o en renta mixta para que el componente variable de sus activos en cartera pueda producir una mayor rentabilidad que los actuales depósitos a plazo situados en mínimos históricos o, incluso las inversiones en renta fija que están produciendo rendimientos negativos, es decir, hay que pagar para prestar nuestro dinero al Tesoro español.
Hay que tener en cuenta dos factores a la hora de que la Bolsa asigne un precio a las acciones de las sociedades que allí cotizan, factores que tienen que ver con las pasiones humanas.
La primera es la ambición, ya que, cuando se esperan buenos resultados empresariales o buenas noticias, se genera una fuerte expectación entre los inversores y, esta especulación, adecuadamente publicitada, puede impulsar las cotizaciones de forma desmedida y, a veces, irracional.
El otro factor es el miedo ante los resultados negativos no previstos o las malas noticias relativas, así como los acontecimientos políticos, bélicos o económicos, que pueden dar lugar a fuertes bajadas de los precios de las sociedades cotizadas en Bolsa. Cuando esta serie de hechos llegan al público pueden dar lugar al pánico entre los inversores provocando un efecto huida con el consiguiente desplome de las cotizaciones y la salida al mercado una ingente cantidad de papel barato que, es aprovechado por las denominadas “manos fuertes o leones del mercado” para comprar barato.
Pero hay ciertos datos que son incuestionables, se trata de los resultados empresariales. En estos momentos, en el SP500 han presentado sus cuentas más del 80% de las empresas con un Beneficio por acción de más del 30% en el cuarto trimestre, un 10% más de lo esperado y también se están revisando al alza las estimaciones para el año 2022 y el 2023.
Tenemos que evaluar, antes de la toma de decisiones de invertir o no en una empresa, la situación financiera de la misma y si su valor en bolsa es inferior a su valor en libros. Un buen análisis fundamenta de la empresa es imprescindible, si uno no tiene los conocimientos para determinar ese valor fundamental es imprescindible dejarse asesorar por un profesional independiente.
A la hora de hacer trading también es mejor hacerlo sobre empresas que tengan buenos fundamentales, porque podemos caer en el error de invertir en lo que está subiendo, pero si no hay un buen fundamento podemos quedar atrapados en un valor y no poder recuperar nunca la inversión.
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