Crecimiento y rentabilidad

Uno de los métodos más habituales para valorar una empresa o una acción es utilizar como guía sus resultados pasados. Analizando los ingresos y beneficios de la empresa a lo largo del tiempo, podemos hacernos una idea de lo bien que le va a la empresa y cuáles son sus perspectivas de futuro. Los ingresos son la cantidad de dinero que la empresa gana por la venta de sus productos o servicios. Los beneficios son la cantidad de dinero que la empresa se queda después de pagar todos sus gastos e impuestos.

Los ingresos y los beneficios pueden decirnos mucho sobre la situación y la estrategia de la empresa. Por ejemplo, si los ingresos aumentan, puede significar que la empresa está ganando más clientes, ofreciendo más productos o servicios o expandiéndose a nuevos mercados. Si los ingresos disminuyen, puede significar que la empresa está perdiendo clientes, haciendo frente a una mayor competencia o retirándose de algunos mercados. El crecimiento de los ingresos suele ser una señal positiva para los inversores, ya que indica que la empresa tiene una fuerte demanda de sus productos o servicios y un potencial para aumentar su cuota de mercado.

Sin embargo, los ingresos por sí solos no bastan para medir los resultados de la empresa. También tenemos que fijarnos en el margen de beneficios, que es el porcentaje de los ingresos que la empresa se queda como beneficio. El margen de beneficios puede mostrarnos lo eficiente y eficaz que es la empresa a la hora de gestionar sus costes y generar ingresos. Por ejemplo, si el margen de beneficios aumenta, puede significar que la empresa está reduciendo sus gastos, aumentando sus precios o mejorando su calidad o productividad. Si el margen de beneficios disminuye, puede significar que la empresa está afrontando costes más elevados, precios más bajos o una menor calidad o productividad. El margen de beneficios también puede reflejar la estrategia general de la empresa, que puede investigarse más a fondo examinando sus estados e informes financieros. Por ejemplo, un margen de beneficios alto puede indicar que la empresa tiene una ventaja competitiva o un nicho de mercado, mientras que un margen de beneficios bajo puede indicar que la empresa sigue una estrategia de gran volumen o bajo coste.

Un cambio repentino en el margen de beneficios también puede indicar un desarrollo importante en la actividad principal de la empresa, que puede justificar un análisis más detallado. Por ejemplo, un aumento brusco del margen de beneficios puede deberse a una ganancia puntual, como la venta de un activo o la obtención de un beneficio fiscal. Un fuerte descenso del margen de beneficios puede deberse a una pérdida puntual, como el pago de una indemnización o la amortización de una pérdida de valor. Estos acontecimientos pueden no reflejar la rentabilidad a largo plazo de la empresa y deben ajustarse al valorar las acciones.

Otra forma de utilizar los beneficios pasados para valorar una empresa o una acción es proyectar sus beneficios futuros basándose en sus estados financieros actuales y pasados. Este método supone que la empresa seguirá creciendo a un ritmo similar al del pasado y que su margen de beneficios se mantendrá estable. Aplicando una tasa de crecimiento y una tasa de descuento a los beneficios pasados, podemos estimar el valor actual de los beneficios futuros, que representa el valor intrínseco de las acciones. Este método también se conoce como método del flujo de caja descontado (DCF) y es muy utilizado por analistas e inversores.

Sin embargo, este método también tiene algunas limitaciones y desafíos. Por un lado, se basa en datos históricos que pueden no ser exactos o fiables. Por otra parte, requiere hacer suposiciones sobre el crecimiento futuro y las tasas de descuento, que pueden ser difíciles o subjetivas de estimar. Además, no tiene en cuenta los cambios en las condiciones del mercado, las preferencias de los clientes, las fuerzas de la competencia u otros factores que puedan afectar a los resultados futuros de la empresa. Por lo tanto, este método debe utilizarse con precaución y complementarse con otros métodos de valoración.