Los empacadores de carne de Paraná se tambalean por crisis ganadera

Un poderoso grupo de presión del sector cárnico de Brasil exige medidas "urgentes" de apoyo a la industria tras el anuncio este mes del cierre de una de las mayores plantas de procesamiento de carne de vacuno del estado de Paraná, lo que supondrá la pérdida de cientos de puestos de trabajo.

En un comunicado emitido el martes, Sindicarnes-PR, que representa a las empresas de carne de vacuno y cerdo, afirmó que la desaparición de la empresa privada Big Boi es el último golpe para la industria, que dicen, lleva años tambaleándose.

Sindicarnes-PR achacó los males del sector al aumento de los costos, la disminución de la oferta de ganado, la débil demanda interna y la perspectiva de una mayor presión fiscal.

Big Boi es el tercer mayor productor de carne de vacuno de Paraná. Empresas más grandes, como JBS JBSS3, también poseen al menos una planta en el estado, aunque ha estado inactiva durante años, dijo un portavoz de Sindicarnes-PR.

Los volúmenes de sacrificio de Paraná se han reducido de 835.000 cabezas de ganado en 2019 a 695.000 cabezas en 2021, una caída del 17%, dijo Sindicarnes-PR citando unidades que están sujetas a inspecciones federales de alimentos.

Hace cinco años, el sacrificio de ganado en esas mismas plantas superaría el millón de cabezas al año.

Según la entidad gremial, las cosas se complicaron después de que Paraná quedó libre de fiebre aftosa sin vacunación. Esto elevó los precios del ganado local, redujo la oferta de animales y obligó a los procesadores a traer ganado de granjas lejanas de Acre y Rondonia -con costos de envío prohibitivos- porque tienen el mismo estatus sanitario que Paraná.

"Sólo en 2020, cuando se mejoró el estatus sanitario de Paraná, el éxodo de ganado a otros estados (principalmente São Paulo) superó las 150.000 cabezas", dijo Sindicarnes-PR.

La participación de Paraná en las exportaciones de carne de vacuno y productos lácteos de Brasil cayó al 0,8% en 2022 desde el 1,8% en 2019, según el comunicado.

Pero mientras las empresas de carne de vacuno enfrentan problemas, Paraná sigue siendo un destacado procesador de carne de cerdo y pollo, un estado donde empresas como BRF SA BRFS3 dirigen grandes instalaciones.