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¿Se está acabando la moda de las baterías de estado sólido? Los fabricantes de automóviles exploran alternativas semisólidas para los vehículos eléctricos

El entusiasmo en torno a la comercialización de baterías de estado sólido para vehículos eléctricos (VE) parece estar perdiendo fuerza a medida que los fabricantes de automóviles comienzan a explorar alternativas como las baterías de estado semisólido.

Si bien las baterías de estado sólido se han promocionado durante mucho tiempo como el futuro de los vehículos eléctricos debido a su seguridad, eficiencia energética y tiempos de carga más rápidos, la tecnología aún enfrenta obstáculos importantes.

Como resultado, algunos expertos y fabricantes están dirigiendo su atención hacia las baterías de estado semisólido, que pueden ofrecer una solución más práctica a corto plazo.

Problemas con las baterías de estado sólido

Las baterías de estado sólido se diferencian de las baterías de iones de litio convencionales porque utilizan un electrolito sólido en lugar de uno líquido.

Prometen mayor seguridad, menores costes y tiempos de carga más rápidos.

Sin embargo, a pesar de las importantes inversiones y el entusiasmo inicial, los expertos se muestran cada vez más escépticos sobre cuándo (o si) las baterías de estado sólido serán comercialmente viables.

Uno de los problemas clave es la hinchazón que se produce durante la carga, que degrada las celdas de la batería con el tiempo.

Julia Poliscanova, directora senior de cadenas de suministro de vehículos y movilidad eléctrica en Transport & Environment, explicó a CNBC:

Hace cinco años, me habría entusiasmado mucho la idea de las baterías de estado sólido, pero los avances en la tecnología de iones de litio han sido tan sustanciales que una mayor inversión en estado sólido puede que ya no sea tan atractiva.

Baterías de estado semisólido: una alternativa viable

Está surgiendo una alternativa a la tecnología de estado sólido: las baterías de estado semisólido.

Estas baterías utilizan un diseño híbrido de electrolitos sólidos y líquidos, lo que potencialmente ofrece un punto intermedio entre las tecnologías de estado sólido y las tradicionales de iones de litio.

Las baterías de estado semisólido podrían resolver los problemas de hinchazón y degradación que afectan a los diseños de estado sólido.

Las baterías de estado semisólido ya se han comercializado en cierta medida, particularmente en China.

El fabricante de automóviles Nio ha presentado baterías de estado semisólido de 150 kilovatios-hora con una autonomía de hasta 1.000 kilómetros.

Ganfeng LiEnergy, una subsidiaria de Ganfeng Lithium, produce baterías con una autonomía de 530 kilómetros.

Esta tecnología podría cerrar la brecha entre los diseños de baterías más antiguos y los más nuevos y servir como una solución de transición.

Max Reid, analista de Wood Mackenzie, dijo a CNBC: “Dada la menor demanda de vehículos eléctricos en Occidente y los problemas con la tecnología de estado sólido, pronto podremos ver un cambio hacia el estado semisólido como una opción más práctica para esta década”.

Baterías de iones de litio

A pesar del revuelo en torno a las tecnologías de baterías de próxima generación, las baterías de iones de litio siguen siendo muy eficientes y rentables.

Su cadena de suministro y su infraestructura de fabricación están bien establecidas, y ya existen procesos de reciclaje de baterías de iones de litio.

Además, estas baterías han demostrado un rendimiento confiable en diversas industrias, lo que las convierte en la opción actual de los fabricantes de automóviles a nivel mundial.

No todo el mundo está convencido de que las baterías de estado semisólido se impondrán en breve.

Michael Widmer, jefe de investigación de metales en Bank of America Global Research, dijo a CNBC: “Por ahora, las baterías basadas en litio siguen siendo la tecnología dominante en el espacio de los vehículos eléctricos, y es poco probable que eso cambie en los próximos cinco a diez años”.

A medida que la industria de los vehículos eléctricos continúa evolucionando, la transición a baterías de estado sólido o semisólido todavía puede estar a años de distancia, pero la búsqueda de soluciones de almacenamiento de energía más eficientes, potentes y sostenibles sigue siendo una prioridad tanto para los fabricantes de automóviles como para las empresas de energía.


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