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La industria asiática trata de cobrar impulso ante una recuperación desigual

Las fábricas de las principales economías de Asia aceleraron su actividad en mayo a medida que disminuían los problemas de la cadena de suministro, según mostraron el jueves varios sondeos empresariales, si bien la desigual demanda mundial siguió siendo un reto importante para muchos de los grandes exportadores de la región.

Los índices de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) de China y Japón mostraron oscilaciones de la actividad fabril hacia el crecimiento en mayo, en contraste con los débiles indicadores de Corea del Sur, Vietnam y Taiwán, donde continuaron los descensos.

La actividad de las fábricas de la India creció al ritmo más rápido desde octubre de 2020, señal de que la fortaleza de la demanda y la producción respaldan a la tercera economía asiática.

El desigual conjunto de datos PMI apunta a una recuperación desigual tras la pandemia del COVID-19, especialmente en China, la segunda mayor economía del mundo, lo cual enturbia las perspectivas de crecimiento en la región, aunque las cifras ofrecen algunos motivos para el optimismo.

"Las encuestas PMI sugieren que la recuperación económica de China siguió en marcha en mayo, aunque a un ritmo más lento. El menguante apoyo fiscal lastró la actividad de la construcción", declaró Julian Evans-Pritchard, analista de Capital Economics.

"Pero la producción manufacturera subió y el sector servicios sigue registrando subidas decentes, lo que sugiere que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre puede no ser tan malo como muchos temen."

"El crecimiento económico actual carece de impulso interno y las entidades del mercado carecen de suficiente confianza, lo que pone de relieve la importancia de ampliar y restaurar la demanda", declaró Wang Zhe, economista jefe de Caixin Insight Group.

La economía asiática depende en gran medida de la fortaleza de la recuperación china, que ha sido desigual, con un gasto en servicios superior al de los sectores orientados a la exportación.

En unas previsiones publicadas en mayo, el Fondo Monetario Internacional dijo que espera que la economía de Asia crezca un 4,6% este año, tras un aumento del 3,8% en 2022, contribuyendo en torno al 70% del crecimiento mundial.

Pero el FMI, que recortó la previsión de crecimiento asiático para el año próximo al 4,4%, advirtió de riesgos para las perspectivas, como una inflación más dura de lo esperado o la ralentización de la demanda mundial, así como el impacto de las tensiones de los sectores bancarios de Estados Unidos y Europa.

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