¿Puede la inestabilidad ser una clase de activo?os ETF de Aeroespacial y Defensa (A&D) han mostrado un rendimiento notable en 2025, con fondos como XAR logrando un retorno del 49,11% en lo que va del año. Este aumento sigue la directiva del presidente Trump en octubre de 2025 para reanudar las pruebas de armas nucleares de EE.UU. después de una moratoria de 33 años, un cambio de política decisivo en respuesta a demostraciones recientes de armas rusas. El movimiento señala la formalización de la Competencia entre Grandes Potencias en una carrera armamentística sostenida e intensiva en tecnología, transformando los gastos en A&D de discrecionales a estructuralmente obligatorios. Los inversores ahora ven las asignaciones de defensa como garantizadas, creando lo que los analistas llaman un "prima de inestabilidad" permanente en las valoraciones del sector.
Los fundamentos financieros que respaldan esta perspectiva son sustanciales. El presupuesto de defensa del AF 2026 asigna 87 mil millones de dólares solo para modernización nuclear, un aumento del 26% en el financiamiento para programas críticos como el bombardero B-21, el ICBM Sentinel y submarinos de la clase Columbia. Los principales contratistas están reportando resultados excepcionales: Lockheed Martin estableció un backlog récord de 179 mil millones de dólares mientras elevaba su perspectiva para 2025, creando efectivamente certeza de ingresos plurianuales que funciona como un bono de larga duración. En 2023, el gasto militar global alcanzó los 2,443 billones de dólares, con aliados de la OTAN impulsando más de 170 mil millones de dólares en ventas militares extranjeras de EE.UU., lo que extendió la visibilidad de ingresos más allá de los ciclos congresionales domésticos.
La competencia tecnológica está acelerando las inversiones en hipersónicos, ingeniería digital y sistemas de mando y control modernizados. El cambio hacia la guerra impulsada por IA, arquitecturas espaciales resilientes y procesos de fabricación avanzados (ejemplificado por la tecnología de gemelo digital de Lockheed para el programa de Misil de Golpe de Precisión) está transformando la contratación de defensa en un modelo híbrido de hardware-software con flujos de ingresos de alta margen sostenidos. La modernización de los sistemas de Mando, Control y Comunicaciones Nucleares (NC3) y la implementación de la estrategia de Mando y Control Conjunto en Todos los Dominios (JADC2) requieren inversiones continuas y pluridecenales en ciberseguridad y capacidades de integración avanzadas.
La tesis de inversión refleja certeza estructural: los programas de modernización nuclear legalmente mandatados son inmunes a recortes presupuestarios típicos, los contratistas tienen backlogs sin precedentes y la superioridad tecnológica exige I+D de alta margen perpetuo. La reanudación de las pruebas nucleares, impulsada por señalización estratégica en lugar de necesidad técnica, ha creado un ciclo auto-realizable que garantiza gastos futuros. Con escalada geopolítica, certeza macroeconómica a través de asignaciones anticipadas y innovación tecnológica rápida convergiendo simultáneamente, el sector A&D ha emergido como un componente esencial de portafolios institucionales, respaldado por lo que los analistas caracterizan como "geopolítica garantizando ganancias".
